indagando, por el bronce de tus ojos
me di cuenta que ambos cometimos un error
despertando, el calipso de tus labios
me di cuenta que ambos cometimos un error
y ahora estás aquí
frente al espejo
y ahora estás aquí
no hay errores, sólo fuertes contracciones
que aún no logran dar sentido a ese corazón
sin dolores me dirijo a los temblores
solo para confirmar que ya no hay temor
y ahora estás aquí
frente al espejo
y ahora estás aquí