Capítulo anterior: El dominio narco
"Cuando completaron el círculo e hicieron creer al hombre que era la especie más alta de la gran pirámide evolutiva, posicionaron su ojo por encima de nosotros y nadie estuvo al tanto para cuestionárselo"
Disculpe subcomandante, dijo uno de los nuestros. Acaba de decir algo acerca de un plan maestro. ¿A qué se refiere con eso? El subcomandante con una mirada profunda, nos miró con un silencio ambiguo que nos hizo sentir bastante incómodos. La noche está muy helada, dijo, no sabría por dónde partir, vayan a descansar a la casa que está al frente, mañana al medio día estaremos muy lejos de aquí. Sin cuestionamientos, accedimos, nos paramos y nos dirigimos al lugar señalado. Entre los más despiertos acordamos hacer una ronda de vigilancia por si pasaba cualquier cosa. No pasó nada. Al otro día, un sol como hace días no se veía, atravesó las tablas del humilde lugar y calentó nuestros fríos rostros. En media hora ya estábamos afuera desayunados y recibiendo instrucciones. La orden fue simple, dirigirse al sur. La selva es maravillosa cuando se transita sin preocupaciones, pero cuando no, el miedo es indescriptible. La primera vez debió favorecernos el nivel de adrenalina, porque cuando transitamos con este grupo de encapuchados, cada paso fue un verdadero desafío. Ellos silenciosos y coordinados, nosotros todo lo contrario, tanto que pensamos que nos eliminarían por poner en riesgo al grupo, increíblemente fue todo lo contrario. Este movimiento entendía de manera muy humana por lo que estábamos pasando, así que nos ubicaron al centro para protegernos de cualquier posible amenaza. El grupo era bastante grande, así que eran varios metros los que dividían a los escuadrones de avance. Cuando llegamos al medio, solo nos indicaron respirar y seguir caminando. Al par de horas de caminata, se ordenó que todo el grupo descansara por quince minutos. Aquí pudimos hacer nuestras necesidades, beber agua y comer algunos frutos de la selva que recomendaron los encapuchados que obviamente sabían aprovechar cada segundo del corto descanso. La siguiente orden fue seguir caminando. A las tres horas después, fue el segundo descanso, con almuerzo y siesta incluida. La siguiente orden, seguir caminando. Tan reponedor fue este descanso que a las dos horas después, ya estábamos en el destino, un pequeño poblado muy similar al que habíamos llegado el día anterior. Fue interesante escuchar los diálogos nativos que se producían entre aquellos encapuchados que eran recibidos por familiares o por muy buenos conocidos. La buena vibra que se transmitió fue increíble y eso nos hizo mirarnos y simplemente sonreír agradecidos por el lugar en el que nos encontrábamos. Llegada la noche, la ronda de sopa caliente y la actualización de información nos hicieron entender que eran actividades rutinarias del experimentado grupo. Aquí nuevamente escuchamos decenas de nombres raros, algunos nuevos, algunos que estaban bien, otros que estaban mal, otros que seguían incomunicados, algo de los carteles, algo de los mercenarios, algo de la resistencia. Cuando el subcomandante indicó que todos eran libres de actuar, el mismo tipo que había preguntado la noche anterior acerca de que era el plan maestro, volvió a poner su duda en medio de la fogata. El subcomandante calló unos breves segundos y mirándolo a los ojos, acertó con la mirada.
Es difícil ordenar las ideas cuando se tratan de hechos cronológicos que abarcan cientos e incluso miles de años, pero para entender el plan maestro no hace falta una clase de historia, el proceso no es tan lineal como parece, ya que al igual que un punto puede formar múltiples líneas, el plan maestro ha sido ejecutado por miles de acciones que han hecho personas que incluso nunca tuvieron relación alguna. La pregunta de porque no fuimos capaces de evitar la emancipación narco fue lo que reveló el concepto, por ende creo que la mejor forma de partir es por ahí. Como dije anteriormente, para inicios del milenio, los carteles de la droga ya estaban insertados en la mayoría de los gobiernos de Latinoamérica. Esto lo pudieron concretar debido a que en los años ochenta, familiares y cercanos a ellos, fueron preparados en diversos sectores académicos, lo que les permitió crear una red global de contactos que en los años noventa, se tradujo en una alianza de profesionales que abastecieron gran parte de su sistema político, social y económico. Cuando esto se llevó a cabo, hicieron lo que se les dio la gana, legalizando incluso condiciones inhumanas que habían sido erradicadas en los años anteriores. Cabe destacar que el dinero no fue un objetivo, ya que durante los años veinte, sus familiares lograron posicionar varios monopolios en el mercado, por ende las riquezas que tenían ya eran increíblemente enormes. El tema era que su permanencia en el tiempo no estaba asegurada para sus futuras generaciones y eso es lo que querían asegurar. El problema que tenían era que los movimientos sociales orientados a lo humano, siempre atacaron sus negocios, esto es lógico, dado que dichos negocios siempre fluctuaron a costa de trabajos esclavos. El mundo de la droga, al igual que el de la prostitución y el de la fe, son los gremios más rentables que existen en todo el mundo, pero a la vez, son los gremios más esclavizadores. En fin, respondiendo a la pregunta inicial, de por qué no pudimos evitar la emancipación de estos narcos, fue porque para inicios de los años 90’ no habían suficientes personas con conciencia social que estuviesen dispuestos a luchar por los cargos de poder que se disputaron en ese entonces. Esto sucedió porque los movimientos sociales más radicales y de izquierda fueron completamente erradicados del continente años antes. Esto permitió que los carteles o mejor dicho, su gente, la que había sido preparada con estudios académicos, tomara la mayoría de estos cargos sin una verdadera oposición.
Dice que los movimientos sociales y de izquierda fueron erradicados, señalo un joven integrante de la ronda. ¿De qué está hablando? siempre voté por los partidos de izquierda, dijo de manera empoderada. El subcomandante sonrió y pasivamente respondió. Después de la rendición de la URSS, esto a inicios de los años 90’, los pocos partidos de izquierda que quedaron solo fueron una fachada. Si bien hubo gente consciente que trabajo con ellos, internamente estuvieron controlados por conservadores mafiosos que siempre evadieron los verdaderos y profundos cambios. El joven intentó decir algo pero a su corta edad el pensamiento impidió su habla. El subcomandante lo miró seriamente, tomó aire y comenzó hablar nuevamente. Nuestro continente experimentó múltiples dictaduras a lo largo del siglo XX, eso lo sabemos varios de los que estamos aquí. Si analizamos a nivel micro, veremos que cada país sufrió de manera diversa dicho proceso, pero si lo analizamos a nivel macro, las causas y consecuencias siempre fueron las mismas. Si bien a lo largo de la historia, los movimientos sociales se emanciparon por lo que encontraron injusto, la fuerza militar siempre fue la solución por parte de quienes dominaron. Algunos tipos a los que ahora llamamos miembros de la resistencia reptiliana, el siglo pasado fueron llamados reyes, presidentes, ministros, clérigos, generales, empresarios y banqueros. Estos tipos fueron quienes gestionaron todo, incluso gremios relacionados con las drogas, el sexo y la fe. El tema es que en los años 50’, esta red de mafiosos sufrió pérdidas incalculables cuando la revolución cubana los expulsó de la isla. Por más que trataron, no pudieron recuperar la zona y por si fuera poco, la idea social contagió rápidamente el resto del continente. Para ese entonces, las dictaduras seguían siendo la solución más rápida para estas revueltas, pero los resultados que obtuvieron en Venezuela, Nicaragua, República Dominicana, Perú y Haití años antes, no fueron del todo favorables. Solo Cuba había dado buenos resultados pero los revolucionarios al mando de Fidel estancaron todos sus planes. Debieron pensar muy bien para instalar nuevas dictaduras y seguir siendo consecuentes a un mundo que criticaba de ellas. Sus estrechas mentes solo pudieron resolver esta situación creando un nuevo concepto llamado “gobierno militar”, el cual a diferencia de otras dictaduras, basa su doctrina en la seguridad nacional. Brasil, Bolivia, Argentina, Chile y Uruguay fueron los países más afectados durante la segunda mitad de este siglo y en menor medida lo fueron países como Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Los llamados “Archivos del Terror” relacionados al Plan Cóndor hallados en Paraguay el año 1992 dieron la cifra de cincuenta mil personas asesinadas, treinta mil desaparecidas y cuatrocientas mil encarceladas y torturadas. ¿Quién iba a tener ánimo de hacer algo en su contra?
Cuando finalizó esa última frase, el subcomandante lo hizo sentado, mirando el fuego y moviendo las brasas con un tono melancólico que no pasó desapercibido. ¿Cuánta gente perdió? Preguntó una chica poniendo a todo el grupo nervioso. El subcomandante negó con la cabeza y señaló: Familia, toda. Cercanos, muchos. Conocidos aún no lo sé. Muchos de nosotros no teníamos idea del monstruo al que estábamos enfrentando. Cuando vimos a los soldados llegar a nuestros poblados, los más jóvenes fuimos obligados a escapar a las tribus de la selva. El resto, los adultos, nuestros padres y hermanos mayores murieron acribillados por militares que no fueron capaces de entender que los que estaban ahí solo eran pobladores y granjeros. El odio hacia la gente que compartía ideas humanas se masificó cuando mezclaron el sentimiento con un concepto que no tenía ni siquiera doscientos años de existencia. Todos fuimos tildados por comunistas cuando en realidad solo éramos personas con una consciencia diferente. Este fue otro hito dentro del plan a inicios de los años 60’, encasillar lo humano a un concepto al que muchos temían. ¿Por qué temían? Preguntó la misma chica. El subcomandante disculpándose con aquellos que sabíamos, resumió la respuesta indicando que para finales de la segunda guerra mundial, Europa había quedado destrozada y más de la mitad de sus países incluyendo gran parte de Alemania habían quedado bajo el dominio soviético. Esto alarmó a los gobiernos capitalistas pero sobre todo, a los monarcas que aún se mantenían vigentes, los que no eran pocos. Para evitar la propagación del comunismo, más de diez países y diez reinos de la vieja Europa se beneficiaron del polémico plan llamado Marshall causando más división a los polos que estaban recién mostrando sus diferencias. La paranoia por el avance comunista fue tan grande, que los gobernantes aceptaron la ayuda aun sabiendo que el préstamo, a la larga, se transformaría en una deuda impagable que los convertiría en países esclavos al servicio del imperio capitalista.
Está posicionando el comunismo por encima del capitalismo, ¿acaso no actuaron ellos de manera aún más despiadada? Indicó uno de los encapuchados. El subcomandante acertando con la cabeza, continuó hablando con su particular tono calmado. Es cierto que así pudo haber sido, si analizaron la historia oficial, es obvio que vieron datos suficientes para pensar eso. Pero aquí hubo otro ítem interesante dentro de ese obscuro plan. ¿Por qué si fueron más de sesenta millones de muertos lo que costo la segunda guerra mundial y Rusia teniendo casi el cincuenta por ciento de las bajas, los ojos del mundo solo enfatizaron los seis millones de judíos asesinados? Esto no fue al azar, esto no sucedió porque la gente solo empatizó con judíos ya que el holocausto ocasionó más de once millones de víctimas. Cuando descubrieron el potencial de la propaganda como influenciador social, redireccionaron el sufrimiento de toda la guerra hacia un solo pueblo que más encima, suele actuar de manera muy similar cuando encuentra estabilidad económica. Hollywood hizo muy bien el trabajo y las generaciones del nuevo siglo nunca se enteraron que fueron los rusos los que acabaron con el tercer Reich e incluso, ocasionaron la rendición de Japón meses después. Nadie los recordó por eso, solo los criticaron por ser comunistas y algunos un poco más alarmistas, por haber matado a su propia gente, lo que si bien pudo ser cierto, las grandes cifras nunca fueron comprobadas. Se dice que fueron un millón de bajas en un período de veinte años y esto es menos de la mitad que las bajas ocacionadas en la guerra de Vietnam, por ende, no escapan mucho de bando a bando. Independiente de eso, muerte es muerte y por ende, quiero dejarles bien en claro, que no congeniamos ni con comunistas y obviamente menos con capitalistas, pues todos nosotros venimos de una revolución que trascendió a la política y a sus incontables conceptos. Venimos de una revolución basada en la consciencia, en la comunidad y sobre todo en el sentir humano. Ese fue el legado que dejaron nuestros ancestros y es el legado que muchos trataremos de dejar a nuestras futuras generaciones. El plan maestro ha sido concretado y si bien muchos de nosotros nos preparamos para esto, entendemos que muchos de ustedes no. Por ende quiero pedirles que por favor intenten adaptarse ya que solo así podremos vivir en comunidad, después de todo, estamos pisando la tierra que hace muchos años prometieron.
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