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Los grandes medios de desinformación

Aún no sabemos cuándo empezó, pero fueron miles los que nunca tuvieron idea alguna de que este episodio lo experimentaron en sus cotidianas vidas. No fue un tema fácil de tocar, toma en cuenta que nadie se siente a gusto cuando le dicen que están equivocados. ¿Cómo crees que se sintieron esas personas cuando se enteraron de que todo lo que creían saber era una mentira?, ¿cómo te lo hubieses tomado tú? asumo que no de muy buena forma, quizás haciéndote el desentendido, quizás diciendo que no tuviste nada que ver o incluso apelando a que nunca le hiciste daño a nadie directamente y solo vivías tu vida haciendo lo que te mandaban a hacer. Dirías cualquier cosa antes de ser apuntado con el dedo. Eso haría cualquier persona que no quisiese ser increpada y al menos eso hicieron muchos de ellos. Lamentablemente, cuando la verdad se reveló, nada pudieron hacer estos miles de desinformados que quedaron literalmente expuestos a un montón de gente que los criticó y encaró por algo que nunca antes ni siquiera se habían cuestionado: la fuente de información.

 

La culpa no la tuvieron ellos, ni siquiera la tuvieron sus empleadores ni tampoco los gobiernos de turno, los problemas vinieron de mucho antes, quizás desde que la humanidad comenzó a dar sus primeros pasos, no se sabe bien cuándo, pero fue precisamente a inicios del siglo XXI en que se hizo más que evidente, este interés por crear y mantener la desinformación a flote, mostrándoles a la gente un mundo completamente diferente al que de verdad se estaban enfrentando. Grandes acontecimientos fueron completamente tergiversados, planeados en lo más alto de una jerarquizada pirámide que englobó a grandes corporaciones, bancos, empresas y a países completos en una falsa imagen de la verdad, la cual, en muchos casos, se retransmitiría sin conocimiento alguno de su veracidad. Los pocos medios de comunicación que se mantuvieron al margen de alguna corporación fueron opacados con el tiempo y pasaron a pertenecer a estos grupos mediante corruptas alianzas que fueron auspiciadas por falsas y planeadas crisis a lo largo de todo el mundo.

 

Para inicios de lo que fue el segundo milenio fue muy complejo encontrar fuentes de información fiables. Fueron aproximadamente setenta años de desinformación globalizada, un golpe muy duro para quienes en verdad se habían empeñado por lograr cambios significativos en pro de la humanidad. Fue increíble enterarnos de cómo esta malla de desinformación enrolló de manera muy inteligente a la sociedad que venía en curso. Quedamos asombrados cuando esta celebró la caída del muro de Berlín y aplaudieron el final de la llamada guerra fría sin tomar en cuenta los innumerables conflictos, guerras civiles y masacres que en muchas partes siguieron ocurriendo incluso durante décadas. Si bien América latina volvió a la democracia después de horribles dictaduras, nos molestó saber que los nuevos gobiernos se regirían bajo condiciones completamente dictatoriales y lejos de lo que muchos considerábamos humanamente ético. África volvió a quedar a la deriva como siempre, sufriendo la exportación de sus recursos naturales y mano de obra barata. Internamente siguió siendo acosada por grupos paramilitares y mercenarios que estuvieron involucrados en el tráfico de literalmente todo. Europa floreció, pero poco se dijo de las guerras internas que azotaron por años a la vieja Yugoslavia, o lo que el extremista grupo llamado ETA hizo en países como Francia y España. Por años se silenciaron los crímenes cometidos por las mafias eclesiásticas y fue recién el año 2018 que debido a la cantidad de evidencias el Papa no tuvo más remedio que pedir perdón por los reiterados abusos a menores de edad. Qué decir de los miles de partidarios fascistas que siguieron operando en redes de pedofilia, narcotráfico y trata de personas en el continente, mientras Rusia comenzaba a ser rodeada por decenas de bases nucleares cuando se suponía que la guerra fría había terminado.

 

Muchas cosas terribles sucedieron año tras año, pero el evento que realmente nos hizo temblar fue cuando Estados Unidos el año 2003 sin opositor alguno declaró la guerra a Irak por haber derribado las torres gemelas años antes, cuando en realidad los tripulantes hostiles habían sido de Arabia Saudita, país que para inicios del año 2019 había ocacionado una de las más horripilantes crisis de hambruna contra su vecina Yemen. La guerra contra Irak fue la primera gran mentira del siglo XXI y su único fin fue volver a invadirla para continuar la llamada guerra del Golfo ocurrida hace una década atrás. En Estados Unidos muchas personas protestaron por estas medidas al estar al tanto de las verdaderas intenciones fascistas, pero, obviamente fueron duramente reprimidas y censuradas a lo largo de todo el mundo quienes ciegamente en su gran mayoría solo se dedicaron aplaudir la decisión de bombardear el país árabe. Sentimos un gran alivio cuando a mediados del 2008, soldados estadounidenses y hacktivistas revelaron los horribles crímenes de guerra que se aplicaron a la población iraquí, todo esto, junto a pruebas y testimonios que indicaban porqué el gobierno mantenía su discurso en la búsqueda de armas de destrucción masiva que en realidad nunca existieron. Obviamente sus intereses eran otros, las luchas por el control de las últimas reservas petroleras ocasionaron grandes tragedias humanitarias en todo el mundo para esos años.

 

Lamentablemente estos crudos materiales no causaron gran impacto en la población, esto debido a que la crisis económica causada por la burbuja inmobiliaria desvió la mirada de todos los civiles que sufrieron penosamente las pérdidas de sus hogares. Para restaurar la economía de las grandes potencias, decenas de países tercermundistas sufrieron las consecuencias. Grecia y países del medio oriente fueron los más perjudicados provocando en poco tiempo que muchos jóvenes descontentos con la situación, organizaran manifestaciones contra sus gobiernos, estallando en violentas revoluciones que dieron paso a “la primavera árabe”. Años más tarde nos enteramos de que la CIA auspició muchas de estas revueltas para desestabilizar a los países que aún mantenían tendencia política de izquierda. No pudimos hacer mucho y penosamente fuimos testigos de cómo tropas mercenarias y aliadas a la OTAN aniquilaron a sangre fría al presidente Gadafi junto a sus tropas el año 2011. La gente completamente enardecida celebró el asesinato del presidente libio cuando éste había logrado avances sociales que ningún país occidental había pensado siquiera en solucionar. Para el año 2027 Libia seguiría infestada de mercenarios, mafiosos y terroristas que no pararon de acosar a la pobre población que años antes había vivido en uno de los países más prósperos del mundo. Fue triste enterarse de esto. Más triste fue saber que quienes se encargaron de distribuir el conocimiento fueron duramente reprimidos, asesinados o llevados a la aún existente base militar de Guantánamo, que siguió operando hasta el año 2028 pese a las constantes solicitudes de organizaciones humanas que solicitaban el cierre y la liberación de los presos en cautiverio.

 

Como olvidar las transmisiones en vivo de las protestas de Ucrania el año 2014 en la que miles de fascistas y ultras arrasaron literalmente con las fuerzas de seguridad. Murieron bastantes personas en esas grabaciones, pero a la semana siguiente los medios informaron de un movimiento social cuando en realidad se trataba de un verdadero golpe de estado. Muy pocos entendieron el conflicto y si bien los medios dejaron de mostrarlo en pantalla, la guerra civil continuó por otros cinco años más. Todo eso sucedió por que el gobierno no había aceptado integrarse a la mafiosa unión europea días antes. Qué decir de la interminable guerra en Siria, la confusa situación de Venezuela, las atrocidades de Boko Haram contra las tribus del norte de África, los reclamos contra el supuesto dictador de Nicaragua, la oleada de inmigrantes hondureños hacia EEUU, las bastardas acciones contra Palestina por parte de Israel, las masacres de Rohingyas en Birmania o los narco estados que comenzaron a emanciparse en Centroamérica. Si bien son incontables los eventos que estaban sucediendo de manera paralela, la desinformación de manera muy eficaz había ocultado y tergiversado muchos de estos conflictos. Además hay que considerar que no sólo desviaron la atención de los problemas de carácter bélico, ya que a mediados de los años 90’ cuando comenzaron a revelarse las primeras verdades, el sistema inició un proceso de contra información de manera tan diversa y precisa, que colapsó todo intento por generar pensamiento crítico en las nuevas generaciones.

 

La televisión del siglo XXI nunca fue la misma de antes. Lo burdo, lo imbécil y mundano fue lo que predominó en las pantallas y aun así fue aceptado por las grandes masas. Pocos efectos tuvieron quienes transmitieron información a conciencia. Por otro lado, la radio y la música hicieron lo suyo influenciando a la sociedad con el desbordamiento de la fantasía y la sexualidad, explotándolas en cada letra, noticia y publicidad que mostraban en el mercado. El internet también afectó bastante y si bien desde sus inicios fue considerada como un arma de doble filo debido al poco o nulo control que había en lo que se distribuía por ella, el problema se hizo grave cuando afectó al área de la intelectualidad con episodios conocidos como el renacimiento de los terraplanistas, que atrajo a una gran cantidad de individuos que se cuestionaban realmente todo. La medicina alternativa extrema también fue un peligro cuando causó miles de muertes para el año 2024 en comunidades enteras que rechazaron la ayuda de la medicina tradicional para problemas graves que ya eran conocidos. Otro gran contraataque de los medios fue la focalización de los problemas segregados, cuando desviaron la atención de los problemas esenciales que estaban en proceso de disputa, dentro de los cuales se encontraba el limitado acceso al agua que muchas localidades venían alertando a nivel mundial. El robo de tierras a los nativos que aún resistían sobre todo en América Latina. El origen de los alimentos que para el año 2013 se sospechaba que el 65% de las granjas mundiales ya estaban envenenadas. La matanza de los defensores medioambientales. El tráfico de niños en los organismos públicos. El derecho a una vivienda y a un trabajo digno que aún no era solucionado en países que decían ser desarrollados. El acceso a una educación sin fines de lucro y qué decir del sistema burocrático que aún predominaba en todo el globo. Todos estos problemas y muchos otros habían sido completamente tapizados por movimientos principalmente de géneros como el LGTB y el Feminista, que, si bien exigieron cosas humanamente correctas, para estos años de lucha fue como dispararse en los pies para dejar todo de lado y reclamar por quienes no podían caminar. Estos movimientos tuvieron cuatro años de grandes movilizaciones en Europa y toda América, pero a la larga causaron más división que unidad y fue recién en el año 2020 que el nuevo movimiento humano orientado a la conciencia atrajo más seguidores y se retomó la lucha por lo esencial dando por finalizado un complejo período de división que casi logró tumbar años de avance.

 

Durante los últimos cincuenta años, los medios de desinformación estuvieron completamente alineados y sincronizados para transmitir las noticias de manera instantánea en todo el mundo basado en sus únicos puntos de vista. Cuando algo sucedía, la radio, los periódicos, la televisión, el internet y las redes sociales trabajaban simultáneamente para mantener su versión como la única oficial. Realmente se nos hizo muy difícil revertir esta situación, no sabíamos cómo, cada día se avanzaba un paso, pero se retrocedían tres. No había por donde contrarrestar este complot y todo era realmente obscuro. Afortunadamente, para finales del año 2019 un complejo video fue revelado, el cual mostraba a presidentes de varios medios informativos junto a empresarios y políticos planeando futuras operaciones a nivel mundial. Este video confirmó que los grandes medios informativos eran en realidad grandes mafias de desinformación y esto desencadenó un efecto dominó que muchos esperábamos desde hace muchos años. Si bien mucha gente siguió siendo bastante sumisa, gracias a este evento miles y millones comenzaron a despertar y con ganas de trabajar en un cambio real, logrando unificar en muy poco tiempo a dos grandes bloques que por años se habían mantenido distantes: la clase media que tenía orientación política de izquierda con la clase media que tenía orientación política de derecha. El descontento de la sociedad moderna despertó para inicios del año 2020 y los medios de desinformación se encontraron en graves aprietos.

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