Capítulo anterior: La recuperación del agua
Mientras comenzaban los preparativos militares por la recuperación de las últimas y más complejas zonas hídricas, la sociedad unida comenzó a gestionar en paralelo la forma de organizarse en los territorios ya liberados. Si bien estos territorios abarcaban la mayor parte del planeta, la cantidad de población había disminuido considerablemente en los últimos años, por ende el territorio ocupado en relación al existente era muy diferente. Además, es importante señalar que toda África a excepción del sur, se había convertido en una gran selva dentro de nuestro mapa virtual y si bien existían localidades organizadas y gestionadas con sus propias redes antisociales conectadas a internet, la mayoría de los países del viejo continente se habían desintegrado luego de sufrir pérdidas irreparables que ocasionaron las revueltas del boom del descontento. Esto hace ya seis años atrás.
Recordemos que este continente había sido diseñado en base a ideales europeos y por ende toda su estructura y organización política, se basaba en favorecer a esa invasora cultura. Cuando estallo el boom del descontento, el nacionalismo terminó por desintegrarse en muchas de esas localidades, favoreciendo a todas aquellas tribus y etnias milenarias que siempre estuvieron auto gestionadas y dándole cara al abismo que tenían en frente. Si bien, los conflictos étnicos siguieron existiendo, la realidad del presente que nos tocaba vivir, era asumir que así funcionaban y así habían funcionado durante miles de años. Lo bueno que cabe destacar es que la mayoría de las culturas que rodeaban el continente frente a las costas del atlántico, no tenían conflictos entre sí y habían aceptado la idea de mantener informado al resto del mundo, acerca de cómo se encontraban ellos y sus alrededores. A través de drones programados para trabajar día y noche, logramos crear un mapa aéreo de la situación en tiempo real, logrando abarcar cientos de kilómetros del perfil continental. Se entiende con esto, que, para los interiores, la realidad podía ser muy diferente, así era y nada podíamos hacer. Fue recién a mediados del año 2026, posterior a la segunda batalla por la recuperación del agua en que comenzamos a recibir misteriosas noticias desde todas aquellas zonas costeras que estaban conectadas a internet.
Resulta que, por iniciativas auto gestionadas, aquellas localidades habían programado drones para adentrarse hacia el continente y ver que se observaba. Con el pasar de los días, lograron visualizar zonas completamente iluminadas en horas nocturnas y esto causó revuelo dada su posible relación con la resistencia reptiliana. Con esta información, alertaron rápidamente al resto del mundo para recibir ayuda que pudiera esclarecer sus angustiantes dudas. Cuando comenzamos a detectar las zonas, mapeamos los antiguos datos geográficos y logramos detectar que en esos lugares se encontraban las antiguas ciudades de los países ya desintegrados. En pocos días una delegación orquestada por un grupo no menor de voluntarios, militares, doctores y trabajadores se dirigieron a la zona iluminada más cercana. Aquí recibimos la impactante y maravillosa noticia de que aquellos que habían quedado completamente desconectados del mundo, internamente siguieron gestionando sus diferentes formas de cultura y vida. Cientos y miles de ellos, habían logrado terminar con sus diferencias culturales y étnicas para comenzar a trabajar de manera unida respetando sus diferencias, rutas y territorios para evitar entrar en conflictos que pudieran dar pie a cosas terribles como la guerra, la hambruna, el genocidio, las enfermedades y todo ese tipo de cosas que sus antepasados ya habían vivido.
El mapa africano después de mucho tiempo comenzó a actualizarse y con esto, pudimos enterarnos de que profesionales de la zona que habían estado allí desde antes de que estallara la revolución, habían cooperado para que las personas lograran abastecerse de suministros básicos y lograran independizarse de una vez por todas de los servicios europeos y norteamericanos que los habían subyugado en el pasado. De esta forma y con ayuda de muchos sabios que se unieron a esta revolución, lograron concretar el abastecimiento eléctrico requerido para poblaciones completas y todo de manera cien por ciento natural. Esto gracias a corrientes de agua, herramientas y piedras nativas especiales que, tratadas con inteligencia, habrían servido para generar corriente eléctrica de manera constante, llegando a servir incluso para cargar baterías de autos y camiones. El hecho de que estuviesen incomunicados y no pudiesen importar suministros como el crudo o la bencina no impidió que sus vehículos y maquinarias funcionaran, al contrario, increíble sorpresa nos llevamos cuando nos dimos cuenta que estos eran completamente funcionales, todo a costa de aceites naturales como el de coco, el cual era utilizado para muchas cosas impensables en nuestra cultura.
¿Cómo era posible que aquellos nativos y tan pocos profesionales hayan logrado tal revolución de conocimiento y colectivismo? Muchas dudas teníamos aquellos que no lográbamos comprender como habían superado tal barrera de inteligencia sin haber estados conectados a Internet. Estas dudas al corto tiempo comenzaron a ser respondidas por los mismos nativos y pobladores del viejo continente, pues resulta que, debido a los cambios climáticos, los cuales habían causado cambios profundos en el mundo conocido, habían afectado favorablemente los centros del territorio africano, permitiendo que una planta muy conocida por la humanidad, comenzara a generar mejoras microscópicas en sus interiores que causaron beneficios gigantescos a quienes la consumían. La marihuana africana comenzó a ser estudiada y en pocos días lograron confirmar que estos contenían los concentrados de THC más altos vistos hasta la época. Mucha risa entre los nativos y pobladores se hacía notar mientras comentaban como fueron dándose cuenta a inicios del milenio lo que la santa como la llamaban algunos producían a sus consumidores. A diferencia de lo que ocasionan las transgénicas feminizadas y automáticas, estas plantas no producen adicción, dolores de cabeza ni cuestionamientos mentales agresivos. Al contrario, son utilizados en la mañana como energizante, durante el día para la concentración y en la noche como relajante. Todas estas características y más, en una misma raza y en una misma cosecha. Imposible de explicar con más detalles científicos, pero esta planta fue capaz de canalizar el deseo del consumidor potenciando su sentir y pensar en una misma dirección la cual iba directa hacia su objetivo, todo esto a nivel neuronal.
A dos meses del encuentro, drones similares a los de las zonas costeras, pero esta vez, hechos con madera y piedras nativas cargadas con corriente fueron programadas para trasladarse entre las localidades internas y externas del continente. Una especie de mandala comenzó a visualizarse por internet describiendo la situación de África en tiempo real. Con el pasar de los días, más localidades comenzaron a integrarse a estas redes, permitiendo descubrir en muy poco tiempo a los grupos paramilitares y extremistas que aún seguían acosando a poblaciones, incluso en algunos casos, con armas que ya ni siquiera tenían munición. En menos de una semana, serían abatidos 134 grupos que no habrían querido adaptarse al cambio, pero al menos 223 si lo habrían hecho, recuperando a miles de personas que habían vivido en algunos casos su vida entera en condición de esclavos.
África pasó de ser la jungla descontrolada, a ser el primer continente liberado en al menos un 90% de su territorio habitable, comprendiendo que aún habían cientos de tribus milenarias y completamente independientes que no quisieron saber nada del mundo exterior. Nada que hacer, digno de mantenerse y de respetar, traductores y misioneros se quedaron vigilando los perímetros en caso de que necesitasen ayuda externa. Mientras tanto, el resurgimiento de la civilización occidental recuperó gran parte de sus necesidades gracias a la colaboración de la sociedad africana que pasó de ser el continente explotado a ser el continente proveedor de energía y conocimiento.
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