Capítulo anterior: Los grandes medios de desinformación
¿Cómo te imaginas el mundo sin la presencia de Internet? ¿Cómo crees que hubiese funcionado el sistema educativo, el trabajo, los pasatiempos o las relaciones humanas si esta tecnología no hubiese sido desarrollada? Muchas personas que presenciaron la transición de esta herramienta a mediados de los años 90’ valoraban más la sociedad que había antes ya que existía un verdadero presente dado que la interacción se basaba estríctamente en hablar y en escuchar.
Si bien las generaciones que nacieron posterior a esta transición inicialmente no entendieron la necesidad de volver a lo humano, fueron ellos los que alteraron el orden cuando comenzaron a cuestionar el cómo estaban hechas las cosas. Antes de la existencia de Internet, la información era muy limitada, había que acudir a libros dado que el material audiovisual si es que lo había era muy escaso. Para saber el detalle de un evento en particular debías tomarte un tiempo bastante considerable en comparación a los tiempos actuales y por ende el interés por saber algo, también era tema de unos pocos y privilegiados individuos. La mayoría de las personas no tuvo idea de la evolución de esta herramienta y si bien no era necesaria entenderla para poder usarla, se hizo bastante interesante cuando el contenido didáctico y los videos comenzaron a masificarse a mediados del 2005 en diversas plataformas como Vimeo, DailyMotion, Flickr o la colosal YouTube.
Dado que los medios de desinformación estaban en su apogeo, estos materiales no reflejaron cambios significativos, pero al menos mucha gente comenzó a comprender grandes hechos y conspiraciones que habían acechado a la sociedad moderna desde mediados del siglo XX. Ya todos sabían que los avances tecnológicos de la época habían potenciado el conflicto de los polos durante la llamada guerra fría. Las bombas nucleares y el poderío militar habían impulsado a las grandes potencias a competir duramente en la segunda mitad de ese siglo, pero para finales del milenio, el conflicto armado ya no se hacía tan esencial como sí lo era el control de la información y su influencia en la sociedad.
Todo partió en los años 60’, paralelamente a la carrera de las computadoras, el departamento de defensa de los EEUU solicitó a ARPANET, la creación de un sistema de defensa que se mantuviera activo en caso de un posible ataque nuclear. Para esto, muchos intelectuales de diferentes ramas como la ingeniería, las matemáticas, la física y la química trabajaron arduamente para recién en el año 69’ presentar lo que sería el primer protocolo de transmisión al que llamarían NCP, el cual permitía transferir información entre diferentes computadoras mediante paquetes de pulsos electrónicos que contenían mensajes cifrados, con información relevante como el emisor, el receptor y el contenido. Fueron avances espectaculares para la época que al poco tiempo dieron origen a otros protocolos como el FTP en el año 71’ que continuó siendo utilizado hasta los tiempos modernos por muchas empresas y organizaciones para transferirse archivos. 23 computadoras conectadas en diferentes puntos de EEUU iniciaron lo que sería posteriormente la gran red. Para el año 73’ ésta tecnología cruzó el atlántico e incorporó a Inglaterra y a Noruega con sus respectivas computadoras. Espectacular avance, pero aun en pañales, dado que existía una cantidad muy limitada de máquinas a enlazar y además era muy habitual que los paquetes de mensajes se perdieran en el camino y no llegaran a su destino. Esto es muy difícil de entender cuando hablamos de simples cables conectados, en la época muy pocos lograron entenderlo y por ende muchos menos fueron los que pudieron hacer algo. Tuvieron que pasar algunos meses para que recién en el año 74’ se desarrollara un protocolo al que llamarían TCP, el cual se encargaría de controlar el transporte de los paquetes, permitiendo de esta forma asegurar que el mensaje llegase a su destino, o al menos, se informara cuando se perdiera en el camino. Este protocolo es uno de los más utilizados hoy en día en las herramientas de transferencia electrónica y cuando apareció el protocolo IP el año 81’ en reemplazo de NCP se fusionaron dando origen a los pilares de lo que sería la Internet del futuro. Con esto, el avance fue exponencial. Los siguientes años se fueron liberando más protocolos como el SMTP, que está relacionado a los famosos correos electrónicos o el DNS que permitió asignar nombres a las máquinas en vez de números IP. El año 84’ ya habían mil computadoras conectadas y el año 87’ el número se había disparado a diez mil. El año 89’ la gran red ya estaba compuesta por alrededor de cien mil máquinas, aquí, en este punto, el avance se hizo imposible de controlar.
Durante la década de los 80’, también ocurrió uno de los eventos más complejos de entender, pero muy importantes dado que definieron la sociedad del milenio que se venía acercando. Paralelamente al desarrollo del Internet y el de las computadoras, existían otras herramientas que también estaban en constantes mejoras y que eran fundamentales para que todo lo demás funcionara. Los lenguajes de programación y los códigos fuentes que había en la época habían sido desarrollados por intelectuales que trabajaron en conjunto, sin diferenciación de intereses políticos ni menos económicos. Para inicios de los años 80’ un informático del MIT se dio cuenta de cómo entre sus mismos colegas comenzaron aparecer intereses personales que contradijeron este mundo intelectual y humano. Comenzaron aparecer los primeros códigos cerrados y privativos, lo cual para el mundo tecnológico se convirtieron en un verdadero problema, ya que, al no poder acceder a las fuentes, impidieron su análisis, entendimiento y por ende el mejoramiento de múltiples procesos que comenzaron a regir a la sociedad.
El año 1985 Richard Stallman liberó el proyecto GNU, que más tarde sería conocido como el “movimiento del software libre”, algo que, si bien al mundo civil le costó comprender, muchos entendimos de primera que sin esta publicación habríamos quedado literalmente encerrados en una burbuja tecnológica en la que solo seríamos consumidores de servicios otorgados por las grandes corporaciones y por ende completamente limitados a lo que ellos quisieran entregarnos o más precisamente vendernos. Era la nueva forma de esclavitud que algunos ya veían como se estaba gestando en los laboratorios tecnológicos. Ese mismo año los sistemas operativos de Microsoft y Apple, ambos de carácter privativo, comenzaron a instalarse en la mayoría de las computadoras del planeta dando por inicio al evento conocido como “la guerra comercial del software”. No se pudo hacer mucho y fue lamentable ver como los primeros informáticos que trabajaron arduamente en la generación de metodologías de comunicación digital fueron reemplazados por corporaciones ambiciosas y con ganas de dominar el mundo binario. Fueron años peligrosos para el mundo tecnológico, alianzas y rupturas entre grandes corporaciones como IBM, Intel, Oracle, Microsoft y Apple mantuvieron completamente expectantes a quienes esperábamos la llegada del nuevo milenio.
El año 1990 un nuevo protocolo de Internet se liberaría y aportaría uno de los avances más significativos en materias de comunicación digital. Su nombre fue HTTP y junto a éste, otros conceptos como el HTML y los navegadores web comenzaron a demostrar el verdadero potencial al que nos estábamos enfrentando, nacieron con estas herramientas las famosas páginas web, y con ellas un ilimitado avance en el área de las comunicaciones y formas de organización virtual. Este protocolo lamentablemente se vió opacado cuando Microsoft logró posicionarse en la cima del mundo tecnológico con su sistema operativo Windows 3.0 poniendo en riesgo el futuro de las temáticas liberales al tratarse de una corporación con fines netamente comerciales y gubernamentales.
Increíblemente, a mediados del año 1991, hubo un acontecimiento de esos que ocurren en el momento preciso cuando ya nadie espera nada de nadie. Linus Torvalds inspirado en el movimiento GNU liberó el núcleo de un nuevo sistema operativo completamente abierto y gratuito al que dió por nombre Linux, dando un golpe de esos que haces que te levantes aturdido y aplaudas por horas. Iniciaba una nueva era de información digital y con ella, múltiples organizaciones sin fines de lucro retomaron la lucha por la liberación que tantos anhelábamos. Para el año 92’ ya había un millón de computadoras conectadas y para el año 96’ eran diez millones las que operaban en la gran red. El año 98’ nació el buscador Google, un gigante, que, si bien no fue el primero, fue el que logró concretar el sueño de muchos cuando hizo efectivo su potencial, sus servicios y sus ganas de ofrecer tecnología al mundo entero. Se lograron muchos avances en los años posteriores, nuevas tecnologías, nuevos sitios con funcionalidades complejísimas y aportes considerables que comenzaron a ramificarse por todo el planeta de una manera impresionante. Pero como ya sabemos el sistema fue inteligente e hizo lo que haría cualquier sistema cuando se está viendo afectado: bombardear, pero esta vez no con bombas, sino con contenido, contenido diverso que enlazado a sus planes y objetivos pusieron en jaque una vez más el anhelado avance pro humano, dando inicio a años de completa basura informativa de la cual muchos no lograron encontrar una salida. Los medios de desinformación lograron mantener su puesto en la cima, para bien y para mal, de esta forma, inició la era del Internet.
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