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La recuperación del agua

Capítulo anterior: Las últimas crisis mundiales

Para finales del año 2025, aquellos que sobrevivimos a las últimas crisis mundiales, comenzamos a retomar poco a poco el flujo de nuestras actividades. Iniciando el nuevo año, una actualización en la información de las redes antisociales, nos indicó el nuevo problema al que nos deberíamos enfrentar. Un problema quizás no tan grave como las crisis vividas, pero sí muy importantes para tratar rápidamente en conjunto con esta sociedad que aún seguía en pie. La cantidad de pérdidas sufridas se reflejó en la cantidad de trabajadores disponibles. La falta de profesionales y mano de obra impidió retomar muchas de las tareas esenciales que debíamos ejecutar a corto plazo y por ende en las primeras semanas de enero, cientos de redes antisociales comenzaron a disolverse debido a las pocas personas que la conformaban.

 

Esto no fue tan caótico, la inteligencia humana y el apoyo colectivo hizo que rápidamente estas se agruparan en nuevos gremios, creando nuevos focos de trabajo y retomando rápidamente los flujos esenciales que debíamos mantener intactos, principalmente importaciones y exportaciones de suministros, tanto a niveles territoriales como a nivel mundial. Mientras tanto, las construcciones se estancaron, las actividades relacionadas al comercio también y los trabadores del mundo televisivo comenzaron a desempeñarse en tareas más necesarias. Otra cosa que cambió fue la educación. Debido a las nuevas herramientas tecnológicas, el concepto de colegio, preparatoria, instituto y universidad que ya habían sido cuestionados años antes, ya no serían útiles en esta nueva sociedad. Necesitábamos profesionales y la forma más lógica de obtenerlos era instruyendo a las personas de manera gratuita en aquello que quisiesen desempeñarse sin necesidad de amarrarse a una carrera de por vida. El currículum ya no exigiría estudios sino experiencia y la adultez sería alcanzada a los quince años de edad, tomando en cuenta que la difícil niñez que tuvieron que vivir los menores años atrás, los había potenciado y favorecido en términos de madurez mental. De esta forma para la mitad del año, muchos de los cargos que faltaban se verían solucionados con esta nueva oleada de trabajadores, que ansiosos por cooperar, agradecidos por aprender y con ganas de hacer las cosas bien, aportaron de manera increíble en el resurgimiento de la sociedad post crisis.

 

Una cosa importante que cabe destacar, es que muchas redes comenzaron a dar énfasis a las necesidades básicas que debíamos solventar. El hecho de que la crisis salubre se haya extendido tan rápidamente por el mundo, nos demostró la poca falta de preparación que teníamos respecto a temas científicos relacionados a la salud. La OMS era un organismo burocrático que había sido desacreditado por aquellos que participamos en el boom del descontento y si bien la sociedad se estaba haciendo cargo de gestionar el suministro de medicamentos a lo largo de todo el mundo, con la tercera revelación de la inteligencia universal entendimos que la tierra ya nos estaba entregando todo lo necesario para poder sanarnos. El tema era trabajar la tierra. La oleada de trabajadores favoreció este ítem de manera rápida y armónica tanto en la ganadería como en la agricultura, pero había un ítem que no sería tan rápido de solucionar. El complemento más importante para mantener la vida, es el agua pura y con la última crisis nos dimos cuenta que en muchas localidades del mundo, el agua potable que estabamos usando, estaba completamente contaminada.

 

Con este problema al frente de nuestras caras, la sociedad comenzó a maquinar la forma de recuperar el agua que hasta ahora, muchas mineras, hidroeléctricas y organizaciones tenían bajo su control. Lo primero fue hacer un catastro de todos aquellos recursos hídricos que existían en el mundo, cada territorio levanto sus respectivas redes antisociales y de manera muy organizada en menos de una semana un mapa virtual dió a conocer cada recurso hídrico que existía desde su origen hasta su destino. La realidad no era muy alentadora. Cientos de mineras habían literalmente exterminado las fuentes de agua y cientos de ríos que debían circular libremente aún seguían privatizados y estancados por hidroeléctricas pertenecientes a organizaciones relacionadas al uno por ciento. Con esta información la sociedad comenzó a cuestionar estos gremios que en realidad estaban trabajando para el enemigo. Algunas mineras aceptaron disolverse para dejar de explotar las zonas hídricas, pero muchas más, armadas y protegidas por fuerzas militares, indicaron su estrecha relación y obediencia a la resistencia aún vigente. De acuerdo a los informes obtenidos, el setenta por ciento de los recursos hídricos estaban en manos de privados relacionados a esta resistencia, de esta forma, el mapa visual que teníamos de ellos, aumentó considerablemente. Este ítem se dividió en varios pasos por ende la sociedad no tuvo más remedio que relegar esto a los militares que estaban de nuestro lado. La misión era una, recuperar el agua a toda costa.

 

Durante los primeros días después de la relegación, a inicios de marzo del año 2026, todas aquellas fuentes hídricas ocupadas por mineras e hidroeléctricas que no pusieron resistencia, fueron recuperadas y tratadas correctamente para que volvieran a fluir de manera natural por su cauce. Puestos de vigilancias fueron levantados cada cierto tramo para proteger la corriente, permitiendo de esta forma, que muchos pueblos lograran recuperar su acceso al agua potable después de años de completo abandono por parte de las autoridades. Aquellas mineras e hidroeléctricas fueron reemplazadas por centrales militares orientadas al servicio de la humanidad y la vida. En cosa de días el mapa visual aéreo comenzó a entregar resultados favorables, mostrando una naturaleza viva tanto en flora como en fauna. Esto reformuló de manera positiva aquello que veníamos formando. Para finales del mes de abril, comenzaron los esperados movimientos militares para dar inicio a lo que sería la primera confrontación de la nueva era, la guerra por el agua. Al ser un tema militar, estratégico y muy pero muy complejo, la sociedad y las redes antisociales aceptaron no preguntar nada al respecto para dejar a los expertos trabajar por sí solos y así evitar la difusión de información que pudiera ser vista por infiltrados de la resistencia reptiliana, que increíblemente aparecían de manera muy seguida. Pasó un mes de completa desinformación, la sociedad expectante había cumplido su tarea de no preguntar y de distribuir equitativa e inteligentemente el agua disponible y a comienzos de mayo comenzamos a ver los primeros batallones en las ciudades cercanas a las zonas hídricas que iban a ser recuperadas. La misión era compleja, se debía realizar una invasión a escala mundial, mantener seguras las zonas desprotegidas, abastecer a la ciudadanía y a los que combatirían con suministros básicos y además combatir a la resistencia, en fin, muchas cosas que escapaban de nuestro conocimiento. La sociedad confiada solo se dedicó a obedecer las órdenes de quienes estaban a cargo.

 

Fue un lunes cuatro de mayo, a primera hora en que inició la invasión. De acuerdo a lo registrado, existían alrededor de dos mil centrales en el mundo que podían representar un problema mayor al resto, por ende, ese resto, alrededor de quince mil, serían las primeras en ser abordadas. De esta forma podríamos revisar el modo operandi de la resistencia y así tener una idea más clara de a que nos estábamos enfrentando. Es increíble y cabe destacar, que la tecnología había avanzado mucho estos últimos años. Si bien existían videos similares, la sociedad no había visto nada semejante aún. Militares con GoPro en sus cabezas demostraron el nivel tecnológico en que se encontraba nuestra especie y como si fuera un video juego, tuvimos acceso a una parte del sistema militar para observar en mapa, los puntos destacados donde se realizarían los combates. Aquí podíamos seleccionar la zona y el militar que deseáramos para ver en primera persona lo que estaba sucediendo. Muchos ciudadanos, por primera vez en la vida, verían como es descender de un avión en movimiento, abrir un paracaídas e incluso mirar en 360 grados una caída desde el cielo. Fue increíble, muchos emocionados y algunos más motivados pusieron sus cascos de realidad aumentada para sentirse más parte de lo que se estaba viviendo a nivel mundial. Fue la primera batalla en toda la historia del hombre en ser vista de esa forma. Poco a poco, la emoción se fue convirtiendo en nerviosismo. Aquellos militares, a los segundos de haber saltado del avión comenzaron a recibir disparos y sus cámaras se movieron tan rápido que causaron interferencias y distorsiones en la imagen, las cuales no fueron agradables de observar y menos de escuchar. Las imágenes comenzaron a rebelar que muchas de aquellas centrales, a los que la sociedad nunca tuvo acceso, eran verdaderas fortalezas. Cientos de militares no llegaron vivos en esos descensos. Tristemente, muchos dejaban de lado sus celulares y cámaras para salir a la calle a fumarse un cigarro y así distraerse un poco. La batalla no era un juego y aquellos que seguíamos observando y cambiándonos de militar en militar, podíamos ver como la resistencia demostraba que estaba viva y organizada. Aun así, fue en cosa de minutos y en muy pocos casos, de un par de horas, en que las quince mil centrales menores a nivel mundial, fueron completamente invadidas por militares pro humanos y consientes con la causa de la recuperación del agua. A las 14:30, cayó la última central en disputa. El saldo final fue de 33.333 bajas pro humanas, un número bastante llamativo, pero ya aceptábamos la idea de que el cosmos estaba ordenándose a nuestro favor así que, en cierto sentido, todo calzaba. Si bien fueron alrededor de quince mil enfrentamientos alrededor del mundo, solo se registró como un evento único en nuestros registros históricos. La primera gran batalla por la recuperación del agua. Del bando contrario el saldo de víctimas fue mucho mayor, y si bien, la captura de rehenes hubiese sido ideal, ningún miembro de la resistencia reptiliana aceptó ceder a la lucha, esto fue increíble de aceptar, dado que, siendo personas común y corriente, demostraron que en realidad no estaban con nosotros. Varios de los caídos comenzaron a ser investigados por forenses y especialistas para detectar anomalías dada su irracional conducta. Mientras tanto, y de acuerdo a los informes reportados por los militares a cargo, los combates se realizaron de manera normal a lo previsto, la cantidad de bajas también eran acordes a lo esperado. Lo que llamaba la atención era la ausencia de movimiento en las bases militares reptilianas que aún seguían operando y que contenían alto material militar disponible para enfrentamientos mucho más complejos. Esto daba a entender que, por un lado, el agua para ellos no era necesario resguardar o en realidad pueden tener mucho material militar pero no tienen personal calificado para operarlas. De todas maneras, solo era el primer día y aún faltaban las dos mil centrales hidroeléctricas de mayor tamaño y que probablemente demostrarían mayor resistencia.

 

Mientras iniciaban los preparativos para la siguiente invasión, aquellas zonas que habían sido recuperadas, rápidamente fueron trabajadas de la misma forma que las primeras. Se rediseñaron para ser una base militar y se protegió la corriente con puestos de vigilancia para asegurar su trayecto hasta donde la naturaleza lo destinase. A mitad de año, el mundo era muy diferente a como había partido, es increíble como la vista aérea drásticamente cambió en cosa de meses. El color azul, el verde y el café oscuro se comenzó a ver de manera más notoria en los lugares que por años se habían estado secando. Muchas de las grandes ciudades que ya tenían sus recursos hídricos liberados comenzaron a ser estudiados para disolver y disminuir sus espacios ocupados y así crear ciudades más amigables con el ecosistema. A finales de junio, los militares informaron que darían comienzo a la recuperación de las mineras e hidroeléctricos restantes, las cuales serían mucho más complejas que las quince mil ya recuperadas. Si bien eran mucho menos, la cercanía a las bases reptilianas daban a entender que podía haber mayor resistencia. Solo en Norteamérica se encontraban el treinta por ciento de estas, Europa tenía el veinte por ciento y el cincuenta por ciento restante se dividía entre Sudamérica, Asia y Oceanía. Lógicamente el plan se dividiría por continentes, dejando para el final las correspondientes a Norteamérica y Europa.

 

Iniciando julio, comenzó la invasión alineada en los continentes respectivos. Muy diferente a lo ocurrido en la primera gran batalla, muchos batallones y maquinarias pesadas comenzaron a rodear las zonas rojas antes de iniciar la invasión aérea. Con esto la respuesta de la resistencia no se hizo esperar y uno a uno comenzaron a caer miembros de ambos bandos. Resulta que estas zonas si bien podían ser observadas por tierra y aire, su verdadera arquitectura estaba por dentro, por ende, su tamaño real no era de carácter público, lo que complicó mucho la situación cuando la maquinaria pesada quiso adentrarse en sus cimientos. Aun así, la victoria pro humana fue inminente y como si el universo nos quisiese decir que íbamos bien, después de un largo día de confrontación, se logró tomar la última central en las cercanías de Israel dejando un saldo final de 33.333 bajas pro humanas. La lucha por la recuperación del agua al parecer sí estaba siendo gestionada por una dimensión ajena a nosotros y si bien los militares estaban tomando las decisiones correctas, los resultados eran matemáticamente increíbles. Lamentablemente esto no nos gustó mucho, comparando los resultados con la primera gran batalla, las bajas se igualaron sobrepasando considerablemente lo previsto por los expertos y aún quedaba el cincuenta por ciento de las centrales entre Norteamérica y Europa. La victoria no fue celebrada como la primera batalla, los militares sin dar mayor explicación indicaron que no se volverían a equivocar.

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